domingo, 26 de octubre de 2014

La flor que viste a los muertos


Nuestro México es uno de los países con mayor riqueza en recursos naturales, y hablando de éstos las flores son elementos distintivos mundialmente de nuestra nación.

México tiene el segundo lugar en exportación de flores, a nivel Latinoamérica, siguiéndole los pasos a Colombia. La flor más cultivada es la rosa, aunque si hablamos de estas fechas el cempasúchil desfalca el récord de la rosa.

El nombre científico del cempasúchil es Tagetes Erecta, entre sus nombres populares se encuentran: clavelón de la India, cempoal, flor de muerto o clavel chino, y en Estados Unidos es conocida como Mary Gold. El nombre cempasúchil proviene del náhuatl cempōhualxōchitl que significa “veinte flor”.

Cuenta la leyenda que en Malinalco (Edo. de México), al morir alguien, sus familiares adornaban su tumba con flores amarillas llamadas Tonalxóchitl, pues se creía que éstas flores guardaban en sus corolas el calor de los rayos de sol; los Mexicas al pasar por el valle de Malinalco, adoptaron esta tradición, sólo que a ellos les pareció una flor muy sencilla, así que la transformaron a una flor con más pétalos, dando como resultado una nueva flor que juntaba veinte de aquellas flores que hallaron en el Valle.

La flor de cempasúchil es aromática y suele darse en tonalidades del amarillo al naranja. Su periodo de cultivo es prolongado, del verano al otoño, es fácil de cosechar por medio de semillas. Su cultivo se da principalmente en los estados de Chiapas, Estado de México, Morelos, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Oaxaca, Tlaxcala y Veracruz.

Además de ser utilizada como ornamento en día de muertos, el cempasúchil tiene fines medicinales y alimenticios. En la agricultura es usada como insecticida en el cultivo del tomate y se ha experimentado como fertilizante por su alta estabilidad; en la medicina tradicional, el cempasúchil se usa contra cólicos, malestares estomacales y para desparasitar.

Cabe mencionar, que también es empleada en la avicultura, como pigmento y aditivo orgánico (en el alimento de las gallinas), para obtener huevos con yemas más coloridas. Por cierto, la pigmentación del cempasúchil se debe a la presencia de luteína (pigmento orgánico amarillo), la cual se asocia a la prevención de enfermedades relacionadas con la edad, como las cataratas o degeneración macular (capa amarillenta sensible a la luz, en la parte posterior al ojo).

El cempasúchil surgió y se ha mantenido como ícono de tradición mexicana, vistiendo de color anualmente los altares, tumbas y calles del país, para lograr esto, al año se producen alrededor de 54 millones de flores, flores que servirán de ornamento por uno, dos o tres días. ¿Qué tal que estas flores fueran reutilizadas como alimento de aves, fertilizante o plaguicida natural?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario